Nombre dado a los vaqueros de las pampas de Argentina, Uruguay y  sur de Brasil (Río Grande do Sul) , que vivieron  en las verdes llanuras meridionales de Sudamérica desde mediados del siglo  XVIII hasta mediados del siglo XIX, en su mayoría nómadas mestizos (población  de origen indígena y europeo, principalmente español). Jinetes hábiles e  intrépidos, se ganaban la vida vigilando al ganado o comerciando ilegalmente  con caballos o ganado en la frontera brasileña. Las armas que utilizaban en la  captura de caballos salvajes y de ganado (con frecuencia para hacerse con su  piel) eran el lazo, una cuerda con un nudo corredizo en uno de sus extremos, y  las boleadoras, un tipo de honda formado por varias bolas unidas mediante una  cuerda fuerte, que se lanzaba para inmovilizar las patas de la presa. La  fabricación del cuero era una fuente adicional de ingresos para los gauchos, y  muchos de ellos eran también artesanos nómadas. Políticamente, desempeñaron un  papel importante como combatientes en la historia de Argentina, sobre todo,  durante las guerras de emancipación (1810-1825).  
                      La indumentaria típica del gaucho se componía de un  sombrero plano de ala, pantalones holgados sobre las botas llamado bombacha, un  amplio cinturón de plata o monedas, un poncho de lana y un pañuelo de colores. 
          En la segunda mitad del siglo XIX, la modernización de la  cría de ganado, la llegada de granjeros europeos a Sudamérica y la parcelación  de las pampas, marcaron el fin del independiente y duro modo de vida de los  gauchos, muchos de los cuales hubieron de convertirse en peones del campo. Sin  embargo, al igual que ocurrió con los vaqueros de Estados Unidos, los gauchos  siguen siendo una figura heroica en el folclore, la música y la literatura  sudamericanas. 
          En Argentina se  festeja el Día  Nacional del Gaucho el 6 de diciembre. Existen más de  50 etimologías para esta palabra que designaba a una etnia que, en el siglo  pasado, era considerada de lo más bajo de las clases sociales, y luego de las guerras de la independencia tuvo una  pequeña reivindicación, por su coraje. Se considera que la palabra tuvo  variados usos según las épocas:  
                      Vagabundo o  vagamundo (1642) 
            Changador (1734) 
            Gauderio (1746) 
            Gaucho (1771) 
            Guaso (1789) 
            Camilucho (1798).  
          Gauderio: palabra de origen portugués con la que se designaba a los  campesinos andariegos de Río Grande do Sud (Brasil) y Uruguay; eran hombres  increíblemente dúctiles en el manejo del caballo y la hacienda. La palabra  "gauderio" pasó al Río de la Plata, donde no era conocida y sirvió  para designar al paisano de nuestros campos: "étnias de indios y  colonizadores..." según Mariano Polliza.  
          El Señor Antonio  Palmeira, visitante de nuestro sitio, nos hace llegar la información de la  palabra Gauderio  
            [Del español  platense gauderio.] 
            S. m.  
            1. Holganza, juerga, gaudio.  
            2. Vadío, malandra. V. vagabundo (7).  
            4. Zool. V. vinchuca (insecto que transmite el mal de Chagas).  
            5. Brasilerismo. Noreste. Parásito ( individuo que no trabaja, habituado a  vivir o que vive de los demás).  
            6. Brailerismo. Rio Grande del Sur. Aquél que acompaña a cualquier persona,  abandonándola luego para seguir a otra.  
            7. Bras. Rio Grande del Sur. Perro errante, sin dueño.  
            8. Lusitanismo. Ladrón (2).  
            Adj.  
            9. Lusitanismo. Se dice de gauderio (5, 6 y 7).  
            [Cf. gauderio, del verbo gauderiar.]  
             
            Gauderiar 
             
            3. Brasilerismo, Rio Grande del Sur: Tornarse gaudério; andar errante de casa  en casa, sin ocupación seria; flautear, gauchar. 
             
            Y del Diccionario de Argentinismos, neologismos y barbarismos, del Dr. Lisandro  Segovia (obra publicada en 1911 bajo los auspicios de la Comisión Nacional del  Centenario) consta: 
             
            Gauderio 
             
            M. Nombre que parece haberse dado en otro tiempo al gaucho. En Brasil, gorrón,  parásito. 
             
            Dicionário Aurélio Eletrônico - Século XXI - versão 3.0, novembro  1999 (versión digital integral del Novo Dicionário Aurélio-Século XXI, de  Aurélio Buarque de Holanda Ferreira, publicado por Editora Nova Fronteira, Rio  de Janeiro) 
            Diccionario de Argentinismos, neologismos y barbarismos, con un apéndice sobre  voces extranjeras interesantes, del Dr. Lisandro Segovia, Imprenta de Coni  Hermanos, Buenos Aires, 1911.  
          Huajcho: palabra que significa huérfano. Se designaba así a los solitarios  y salvajes hombres de las pampas argentinas "con sus pelos largos hasta  los hombros, la cara negra por el viento, sombrero de fieltro, chiripá y botas  sacadas de los cuartos traseros de las yeguas, un largo  facón en la espalda sostenido por el cinturón y comían carne asada como dieta  principal a veces acompañado por un poco de mate o algún cigarro..."  descripción de Charles Darwin hacia 1834 (Juan Manuel de Rosas: de Lynch).  
          .Históricamente el  nombre "gaucho" data desde las invasiones inglesas momento en que el  elemento campesino de a caballo participaba en la lucha por su tierra. Uno de  los primeros en organizarlos fue el Brigadier Grl. Don Juan Manuel de Rosas, un  "curtido hombre de campo, tanto o más gaucho que sus propios  hombres...", quien los unió para lograr la gobernación de Buenos Aires  entre 1829 y 1837.  
            
          Extractado  de " Raíces de mi Tierra Litoral " - Subsecretaría de Cultura de la  Pcia de Sta Fe, en coordinación con el Ministerio de Educación y Cultura. Año  1992.  
             Su Historia :   
                      La palabra gaucho nos hace pensar en un hombre de campo, tostado  por el sol, vestido de manera peculiar y siempre a caballo.  
            Jinetes de pantalones amplios llamados " bombachas ",  camisa, casaca corta , pañuelo al cuello, relucientes botas y sombrero. Para  nosotros. que admiramos su cinturón recubierto de monedas y los adornos de la  cabezada del caballo, ese hombre que trabaja en la campaña, es el gaucho,  aunque también lo oigamos llamar paisano o peón.  
          Los Primeros GAUCHOS :  
            Hacia el año 1600,  aparecen en el Litoral los GAUDERIOS o CHANGADORES. Estos fueron los primeros  gauchos. Pocos años después los encontramos ya en la campaña bonaerense.  
             El ganado cimarrón tuvo mucho que ver, con la presencia del  gaucho en estas tierras. En efecto, había por entonces en las desiertas  llanuras pampeanas, miles de cabezas de vacas y caballos salvajes , sin dueños,  denominados cimarrones. Y esos hombres que luego se llamaron gauchos empezaron  a alejarse hacia la campaña donde podían subsistir sin mayor esfuerzo, pues con  ese ganado de nadie satisfacían sus necesidades de sustento. Para comer bastaba  con faenar un animal; lo demás lo brindaba la naturaleza : no les hacía falta  nada más. De este modo empieza a dibujarse la imagen del gaucho libre , sin  trabajo ni vivencia fija , recorre a caballo grandes distancias y duerme al  descampado sobre su recado cuando lo sorprende la noche en la soledad de la  llanura. Lleva una vida nómade y apartada de las ciudades.  
            Por entonces , las autoridades dan permiso a los dueños de tierras  para realizar VAQUERIAS , es decir, para recoger y faenar el ganado cimarrón.  El gaucho trabaja en ellas y debido a las expediciones que tienen que hacer  para buscar el ganado , se van alejando cada vez más de los centros poblados y  se diseminan por las pampas. Fueron pues los primeros paisanos que fundaron una  sociedad campesina.  
            Sabemos que hacia 1661, el gaucho deambula de rancho en rancho  (así se le decía a su rustica casa) , con sus infaltables lazos y facones ,  vestido con calzoncillos blancos , chiripá , poncho y sombrero. Tales prendas y  los aperos de su caballo son los únicos bienes del gaucho , para quién la  sociedad se reduce a la familia y a los compañeros de pulperias.  
            Su primitiva casa era un miserable refugio , pero a medida que se  afinca , el gaucho levanta el rancho de paredes de barro y cubre la puerta con  un cuero. Ese rancho pobre y pequeño que todos dibujamos en los primeros grados  de la escuela. Como le bastaba matar una vaca o novillo para alimentarse ,  comía casi exclusivamente carne - asada y sin sal - , porque ésta era muy cara.  Del animal sacrificado solo aprovechaba un trozo de carne y el cuero de las  patas para hacerse un par de botas para canjearlo por yerba , galletas , etc.  
            Tal tipo de existencia continuó hasta que a principios del siglo  XVIII el ganado cimarrón había disminuido tanto por causa de tales matanzas,  que las autoridades dejaron de otorgar permisos para vaquear.  
            Las botas de potro y las espuelas de plata o hierro fueron típicas  de nuestros gauchos. Aún hoy los paisanos se enorgullecen al lucirlas. La bota  de potro , abierta en la punta , se hace con el cuero de la pata del caballo,  que es muy flexible. La abertura ( por donde pasó la tibia del animal ) permite  al gaucho estribar con los dedos.  
           
            Comienzan los cambios :  
            Cuando se fundó la ciudad de Buenos Aires se repartieron las  tierras , las más extensas y alejadas se llamaron ESTANCIAS. Al principio, los  límites entre una y otra eran simplemente los ríos y arroyos, aunque a veces se  construyeron zanjas divisorias.  
            Durante el Virreinato comienzan a crecer las estancias en "  Tierra adentro ", o sea , en lugares aún más apartados y hasta poco antes  en poder de los indios.  
            Las autoridades apoyaban su instalación para evitar la merma de  ganado provocada por la vaquería, pues, si los animales tenían dueños ellos ,  se encargarían de cuidar que subsistieran.  
            Las nuevas estancias ocuparon buenos terrenos , altos con declive  para que el agua de lluvia no se estancara y provistos de aguadas naturales.  Los deños no la dirigían personalmente sino que delegaban el mando en  mayordomos y capataces.  
            En ellas vivían en pobbres ranchos los esclavos y los gauchos que trabajaban  como peones. Como esas estancias tampoco tenían cercos , era necesario  "aquerenciar" el ganado , es decir aprovechar la costumbre de éste de  permanecer en un sitio determinado. Para lograrlo, durante tres o cuatro meses  se los arreaba hacia lugares apropiados. Como tales rodeos iban constituyendo  el ganado de la estancia.  
            El aumento del número de estancias causó otra modificación en las  costumbres del gaucho comenzó a abandonar la vida nómade y a conchabarse para  trabajar. El era quien mejor sabía realizar las nuevas tareas que la estancia  requería , formar rodeo, castrar y marcar hacienda. Sin embargo, en cuanto  reunía el dinero que necesitaba para comprar sus "vicios" (yerba o  tabaco) volvía a la vida libre, por esta razón se los llamaba también "  arrimados " .  
            Pero con tales transformaciones se le hará más difícil mantenerse  como el diestro jinete dueños de la llanura. En efecto, ya en las primeras  décadas del siglo XIX, las estancias mejoran sus instalaciones y aumentan su  personal, porque cada vez se intensifica más la exportación del cuero y el  interés por la explotación de la carne vacuna. Se inicia asimismo el cultivo de  los campos y la mejora de las razas por cruza con animales importados.  
            Abandonado el antiguo rodeo, el gaucho debe entonces adaptarse a  la situación; ya no domina con su rápido lazo el ganado salvaje , ahora cuida  la hacienda mansa de las estancias.  
            El gaucho en las guerras de la Independencia:  
            Cuando el país llamó a sus hijos para luchar contra España ,  después del 25 de mayo de 1810 , los gauchos ingresaron en las filas patriotas.  La audacia , la habilidad para cabalgar y el enorme conocimiento del suelo ,  hicieron de él un excelente soldado.  
            Guío a los ejércitos nacionales a través de nuestro territorio y  con ellos peleó en el Alto Perú a las órdenes de Belgrano o con San Martín en  Chacabuco y Maipú.  
            En el norte del país otros hombres defendieron con gran destreza y  valor las fronteras de nuestra patria naciente , se les llamo los "  gauchos de Gúemes " .  
            El Gaucho y los Caudillos :  
            Más adelante , también participaron en las guerras civiles al lado  de los caudillos. Por una parte, el gaucho sentía al caudillo como a un hombre  con sus mismos gustos y parecidas costumbres.  
            Pero hubo además otras causas que empujaban a los gauchos a unirse  a estas tropas.  
            Ya desde principios del siglo XIX , a raíz de una ley expedida en  1815 , se dispuso que quien no tuviera propiedad legítima sería considerado  sirviente , y todo sirviente que no llevara consigo la papeleta de conchabo de  su patrón , que era válida sólo por tres meses , era declarado vago. La  persecución que originó esta ley, convirtió a muchos gauchos en hombres al  margen de la sociedad; ante esta situación los gauchos encontraron que, junto a  ls caudillos estaban protegidos.  
            Entre huir de la justicia hacia las tolderías de los indios o  engancharse en las filas de un caudillo, muchos prefirieron esto último ; de  ese modo aparecen peleando junto a Artigas , Ramírez y López en el Litoral ,  con sus propios caballos y armas , organizados en grupos pequeños que atacan en  forma imprevista.  
            Durante el federalismo , el gauchaje se dividió , unos fueron  partidarios de Rosas y se alistaron en sus filas , mientras otros se plegaron a  las tropas unitarias. A la caída del Restaurador , volvemos a encontrarlos al  lado de Urquiza.  
            También en el oeste , en las provincias de Cuyo y en la Rioja ,  caudillos como el Chacho Peñaloza y Felipe Varela , contaron con el decidido  apoyo de los campesinos.  
            El gaucho desaparece :  
            Todos los hechos señalados y los que van a producirse desde 1850 ,  transforman poco a poco al gaucho en paisano.  
            Por esa época comenzaron a alambrarse los campos para señalar sus  límites y los propietarios de ganado se volcaron en contra de los gauchos que  mataban animales ajenos. Muchos se vieron condenados a viajar por los caminos  bordeando los campos sembrados , con la amenaza constante de ser apresados sin  la papeleta de conchabo , el certificado de trabajo , y sufrir calabozo o cinco  años de milicia.  
            A esto se suma la inmigración, miles de campesinos extranjeros se  afincaron en la campaña. Como se adecuaban mejor al trabajo de la tierra ,  desplazaron al gaucho. Fue entonces cuando éste debió elegir su futuro ,  algunos no aceptaron perder su forma de vida sin sujeciones, otros quedaron en  las estancias trabajando como peones.  
            Entre el gaucho de las vaquerías y el paisano de este momento, no  hay tanta distancia en años como en el cambio que se produce en el personaje.  
            El gaucho fue el hombre típico de nuestros campos y también la  causa de discusiones y polémicas. Muchos escritores y ensayistas lo pintaron  como holgazán , vago y bandido. Otros en cambio , exageraron sus virtudes y  exaltaron su vida libre y sin ataduras. Hoy se tiende a comprender que la  existencia del gaucho fue consecuencia del ambiente y de la época en que vivió.  
            La vestimenta del gaucho :  
            Remítase a la vestimenta del gaucho en su sección.  
            La figura del gaucho no puede separarse de su vestimenta. Así como  la llanura fue su ambiente y el caballo su medio de movilidad , el traje lo  individualizó.  
            Recortado contra el paisaje pampeano , parado en la puerta de su  rancho o empeñado en un juego de taba o bebiendo en la pulpería , el gaucho es  ese hombre callado que hace sonar con orgullo , al caminar , las espuelas que  lleva sobre su botas de potro.  
            Muchos pintores de la época sintieron la necesidad de retratarlos  en distintas actitudes. En todos esos cuadros resulta admirable el porte del  gaucho , luciendo sus calzoncillos amplios y con grandes bordados calados que  asoman debajo del chiripá y que sujetan a su cintura con un cinto.  
            Del mismo modo, lo vemos trabajando en el corral, protegido por un  poncho de lana de brillantes colores, que a veces usa recogiéndolo sobre el  hombro a manera de capa , o enroscado en el brazo , como para pelear.  
            Pero imaginémoslo también vestido de fiesta , luciendo con orgullo  su chaleco abierto , prendido con dos botones , que deja ver los pliegues de la  camisa ; o bien bailando un cielito , enfundado en la casaca corta que adornaba  con botones de plata y con lujosa rastra en la cintura. Protegía su nuca con el  pañuelo serenero que coronaba con un sombrero de copa alta. Esta es la figura  que todos recordamos a través de dibujos y otras evocaciones gauchescas , pero  hay diferencias entre la ropa que usaron los primeros gauchos y los de épocas  posteriores , el chiripá reemplazó al primitivo pantalón corto de tipo andaluz  y el tirador tachonado de monedas y patacones de plata , reemplazó al cinto.  
            Por otra parte, el cuchillo , en lugar de usarse sujeto al costado  izquierdo o adelante , se empezó a colocar sobre los riñones , enganchado al  tirador , como lo llevan actualmente nuestros paisanos.  
            Los trabajos del gaucho :  
            El gaucho y su caballo son casi una misma imagen , nada hacía el  gaucho sin su caballo y nadie montaba como él . Mostraba en ello una  naturalidad que sólo puede conseguir quien desde niño prefiere cabalgar antes  de caminar.  
            Caballo , lazo , rebenque y boleadoras lo acompañaban en todas sus  andanzas.  
            Los primeros gauchos cazaban vacas con el lazo o las boleadoras  para sacarles el cuero. Mas tarde, cuando ingresaron a las estancias , el  trabajo aumento y se hizo más variado.  
            El gaucho entonces, no tuvo rival en el rodeo , ni en la doma , ni  en la yerra , y fue un experto en enlazar y pialar.  
            En la yerra enlazaba a la presa con verdadera maestría , bien  afirmado sobre el recado , revoleaba el lazo con movimientos precisos y luego  arrojaba en dirección del animal. Este quedaba aprisionado por la cuerda de  cuero para que otro gaucho pudiese pialarlo , es decir , sujetarle las manos y  voltearlo.  
            También era hábil en el rodeo , que en esta época consistía en  reunir al ganado en un lugar para revisarlo , separar animales para la compra y  la venta o vigilar su estado.  
            Con las boleadoras su puntería también era infalible , podía  bolear un ñandú o un novillo a grandes distancias.  
            Las boleadoras , el lazo y el rebenque , junto con el cuchillo ,  fueron para el gaucho herramientas de trabajo y también armas. Basta recordar  que durante las Invasiones Inglesas y la Reconquista , los ingleses cayeron  atontados al ser enlazados o boleados por los gauchos .  
            Y con el rebenque , que lleva adentro de la funda de cuero bien  trenzado una barra de metal , podía matar de un solo golpe. Nunca se separaba  de él.  
            A todo esto debemos agregar que el terreno no poseía secretos para  el gaucho. En una sola ojeada reconocía una huella , o seguía un rumbo guiado  por árboles o pastos. Se orientaba también por la posición de los astros o  algunas aguadas , y su finísimo oído apoyado en la tierra lo ponía sobre aviso  de la proximidad de los indios. Estos magníficos guías , que podían conducir  sin dificultades a los viajeros a través de la pampa se llamaban "  baquianos " , y de ellos se dijo que eran " la brújula de la pampa  " . Durante las guerras de la Independencia , fueron muy útiles al  ejército criollo , pues nada más que por el movimiento de los animales o los  casi invisibles desgarrones en las plantas , podía informar del paso del  enemigo y hasta decir cuántos hombres eran.  
            Las diversiones :  
            La taba , las carreras de caballos y de sortijas, las payadas, el  pato, la riña de gallos, la caza de avestruces, los juegos de naipes, fueron  todas diversiones de los gauchos.  
            La pulpería era su principal centro de reunión y el lugar donde  pasaban muchas horas probando su suerte en juegos de azar , mientras alguno  punteaba en la guitarra un melancólico yaraví y otros se convidaban con  aguardiente.  
            El pulpero atendía a sus clientes detrás de una fuerte reja , que  dividía el negocio, porque a menudo había peleas y no era cuestión de que le  destrozaran la mercadería.  
            Estos establecimientos eran también almacenes y tenían frente a la  casa una cancha para el juego de carreras , que fue uno de los entretenimientos  favoritos del gaucho.  
            En las carreras intervenían dos jinetes , que iban en camisa  ,descalzos y con una vincha en la frente para sujetar el cabello.  
            Montaban en pelo a sus caballos y mientras los espectadores hacían  sus apuestas se preparaban para la largada. A la orden de los jueces partían al  galope a través de los 300 ó 400 metros , que debían recorrer. Las riñas de  gallos fueron otro pasatiempo predilecto. En este juego se enfrentaba a dos  gallos especialmente entrenados para la pelea y se los hacía luchar hasta que  uno de ambos moría.  
            Aunque hoy nos desagrada la crueldad de esta diversión, los  gauchos se entusiasmaban y eran capaces de apostar todo cuanto tenían.  
          
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