La Mariquita de antaño  danza criolla sencilla y de agradable música, es buena muestra del donaire que  en los últimos tiempos de la   Colonia y en lo s primero de la República lucieron  varias generaciones sudamericanas tanto en los salones como en la Campaña. S.C.V.  
       La Mariquita es danza  extinta; es decir, que no se baila hoy naturalmente como parte del repertorio  social en ninguna región de la   Argentina ni fuera del país.  
        En cambio se  recuerda todavía en casi toda la   República, desde el litoral hasta la cordillera, desde Eva  Perón hasta la zona del Tucumán, y a esos recuerdos debemos precisar versiones  de su música y vagas referencias a su coreografía.  
         
        Ventura R.  Lynch la menciona entre las que se conocían en la Provincia de Buenos Aires  allá por el año 1880.  
         
        Arturo  Berruti, que publicó en 1882 una serie de artículos sobre bailes criollo,  dedico extensos párrafos a La Mariquita. Dice que La Mariquita es un baile  “excesivamente original”, y que son muy chistosos sus versos; “es un baile  bastante antiguo, tal vez de origen europeo, que ha venido poco a poco tomando  formas nacionales”...  
         
        Thomas J.  Hutchinson, cónsul británico en Rosario, anduvo por Córdoba y por Santiago del  Estero en 1862 – 1863 de camino al Salado. En ambas provincias vio bailar La Mariquita. En la  localidad de Matará (Santiago del Estero), se entusiasmó al extremo de echarse  a danzar. “Tuve el honor  - dice – de  bailar “La Mariquita”  con una mujer que no tenía ni zapatos, ni medias, ni miriñaques”.  
         
        Don Benjamín  Vicuña Mackenna, el ilustre historiador chileno. En estos términos cuenta  los hechos el propio.  
       
              “Después  de cenar, nuestro alegre huésped nos ofreció llevarnos a un baile que tenia  lugar aquella noche en casa de la primer autoridad del pueblo, que era nada  menos que un gaucho que nos recibió en mangas de camisa. Las niñas convidadas  pasaban de una docena y los galanes eran sólo dos,  pero sacaban al estrado a lucir el Gatito y La Mariquita (bailes que se  danzan dando vueltas y haciendo castañetas con los dedos) a toda tertulia para  que no hubiesen agraviadas”... 
              Ahí tenemos a La Mariquita sobre la  frontera de los Indios Ranqueles; y no era nueva, sin duda, en esa zona. Antes  había llegado más lejos, hacia el litoral, entre gauchos, como veremos.  
        Consta  expresamente que La   Mariquita se bailo en Tucumán, en las reuniones de las clases  cultas.  
           
        Florencio Sal,  memorista octogenario, publicó en El Orden “Se bailaba el vals, el minué, la  contradanza y terminaba las tertulias con los bailecitos populares llamados el  escondido, el remedio, La   Mariquita, el tunante, la chacarera, el gato, el ecuador y  otros bailecitos populares... y aristocráticos.   En cambio, por la primer mitad del siglo, la Mariquita era danza  popular, solamente popular, en la campaña pampeana.  
              En los circos  de maromeros que funcionaban antiguamente en Buenos Aires, la Mariquita figura entre  los aires que se  ejecutaban mientras los  equilibristas hacían sus pruebas.  
           
        Alcide  D´Orbigny, el sabio viajero en 1830 vió La Mariquita en los salones de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).  
        El capitán Joseph  Andrews, en un viaje de Buenos Aires a Potosí, pasó por Santiago del Estero  en Julio de 1825   y fue invitado a un  “baile del país” Allí vio La   Mariquita.  
           
        Mr. Jhon  Miller redactó y publicó en 1829 “ Ante s de la entrada de los patriotas no  eran muy frecuentes los bailes en Lima. Cuando el general San Martín estableció  su cuartel general en aquella ciudad, tenía reuniones en el palacio una vez por  semana.  
      Al principio, las señoras que solo tenían costumbres de bailar  minuetes, fandangos, mariquitas y guachambres, no estaban muy corrientes en  contradanzas; pero como eran capaces discípulas, se hicieron inmediatamente  bailarinas muy graciosas y apasionada a aquella   diversión”.  
              Vemos a La Mariquita en los altos  salones de Lima, la ciudad capital del estilo picaresco y el centro que dio  prestigio a esta clase de bailes y los difundió por medio continente. La Mariquita  se bailaba, pues, en tiempos de la Colonia. Y se conoció  hasta Venezuela. Cortijo Alhaja la menciona entre los aires de ese país.  
     
        Según  Isable Aretz         
        La Mariquita, lo mismo que la Zamba, se bailó en el país y  en el Perú  en todo el curso del siglo  XIX. Andrews, entre otros viajeros, aprendió la danza durante su viaje por las  provincias argentinas (1825-26), al punto que al llegar a Trancas  (Tucumán)  pudo bailarla y “hacer  discretas figuras”, según escribe. En Buenos Aires se cantan coplas de La Mariquita entre las  seguidilla con guitarra que amenizan a principios de siglo los entreactos del  teatro. Luego aparece su nombre en los programas del circo que actúa en el  jardín del Retiro en 1837 y años siguientes.  
              Actualmente  La Mariquita  se baila aún en La Rioja  y Catamarca, pero ha perdido si su coreografía Tradicional. La música, en  cambio, se recoge en las provincias de Cuyo, La Rioja, Catamarca, Córdoba,  Tucumán, y Santiago del Estero, al menos hasta donde alcanza nuestra  investigación.  
              La  corografía a variado, partiendo de la coreografía propia de los bailes  picarescos adquirió figuras de Cuadrillas y luego de los bailes enlazados. Así,  en Catamarca y en la Rioja  se baila la Polca,  o en forma Balseada, a veces “taconeando”.  
              En  algunas provincias se recoge una Mariquita con versos especiales que debe ser  una antigua canción popular y que algunos músicos confunden con el baile del  mismo nombre. Además, en La   Rioja obtuve otra Mariquita llamada “La Cubana” cuya melodía  difiere totalmente de la   Mariquita común.  
     
        Según Lazaro Flury 
   Sabemos que en tiempos remotísimos apareció en  el Perú, allá por el año 1829, época en que también ya era conocida y bailada  en Bolivia.  
       
        Desde  el Perú bajó al noroeste argentino como el gato, la zamba, etc. Para arraigarse  especialmente en Santiago del Estero. También en Córdoba, donde fue modificando  su coreografía. Su transito por el Litoral fue tan fugaz que apenas quedaron  algunos testimonios de su paso. En Santiago del Estero donde se arraigó,  desapareció al poco tiempo, tal vez por su semejanza con el Pala pala que le  sobrevivió. Algunos autores opinan que esta danza es la continuación de La Mariquita. No  opinamos lo mismo a pesar de su parecido coreográfico y musical, por cuanto  ésta es una danza de promoción con elementos claramente hispanos que pueden  vislumbrarse en su propia letra.  
       
        Clasificación Danza de  pareja suelta e independiente.  
      Carácter: Danza de  galanteo, de movimiento vivo, y se puede decir que es de carácter picaresco. 
      Origen del nombre:  Su letra comienza:  “Mariquita muchacha / tu madre biene / echale  una mentira / antes que yegue” y de ahí ha salido su nombre, según menciona  Jorge Furt. 
      Ubicación inicial: Enfrentados,  en uno de los extremos de la diagonal del cuadrado imaginario y el caballero  ofreciendo su flanco izquierdo al público y la dama el derecho 
      Composición musical: La música de  La Mariquita  es puramente melódica y muy coqueta, tiene frecuentes modulaciones entre el  relativo menor y mayor cada dos y cuatro copases. El compás es 6/8 en aire de  gato moderado cambiándose en el preludio de introducción y de intermedio por el  3/8 bastante vivo y entusiasta.  
    Copla Tradicional más difundidas: Versión de  Andrés Chazarreta  
     
  Primera:  
        Mariquita,  muchacha,  
        Mariquita,  muchacha,  
        Mariquita,  muchacha,  
        Tu madre viene 
        Tu madre  viene,    
  Échale una  mentira  
  Échale una  mentira  
        Antes que  llegue,  
        Antes que  llegue,  
        Si tu madre te  manda,  
        Si tu madre te  manda,  
        Si tu madre te  manda,  
        Cerrar la  puerta  
        Cerrar la  puerta  
        Hacé sonara la  llave,  
        Hacé sonara la  llave,  
        Hacé sonara la  llave,  
        Y dejala  abierta,  
        Y dejala abierta.  
     
        Tráila lará  laráila  
        Lará lairá y  dejala abierta  
     
  Segunda:  
        La mujer  chiquitita,  
        La mujer  chiquitita,  
        La mujer  chiquitita,  
        Corre peligro,  
        Corre peligro,  
        Como el  quirquincho bola,  
        Como el  quirquincho bola,  
        Como el  quirquincho bola,  
        Junto al  camino,  
        Junto al  camino,  
        Junto al  camino, si  
        Junto al  camino, si  
        Junto al  camino, si  
        Esto es muy  cierto, esto es muy cierto;  
        Como sacarse  un ojo,  
        Como sacarse  un ojo,  
        Como sacarse  un ojo,  
        Y quedarse  tuerto,  
        Y quedarse  tuerto.  
     
        Tráila lará laráila  
        Lará lairá y  quedarse tuerto.  
     
  Elementos comunes: Paso básico,  posición de brazos manos para castañetas, para enarbolar pañuelo y para  coronación  
     
  Elementos propios: No posee  
     
  Elemento accesorio común: Pañuelo  
     
  Elemento accesorio propio: No posee  
     
  Figuras comunes: Giro – Media  vuelta al encuentro – esquina de medio giro-  
     
  Figuras propias: No posee  
     
  Figura/s comunes con  particularidad: No posee  
     
  Detalle expresivo: No posee,  salvo pequeños saludos.  
     
  Atuendo correspondiente: Ubicada en  la campaña de Córdoba en 1850.  
  Indumentaria femenina: sin medias y zapatillas. Pollea ancha bordeada con  ancho volado plegado. Bata de corpiño ceñido; mangas con bastante amplitud  hasta el codo; volados anchos y plegados en el borde de las mangas y de la  bata. Pañuelo de seda sobre los hombros. Peinado de una trenza.  
  Indumentaria masculina: botas de potro. Calzoncillos de lienzo liso, cortado  en los bordes en lugar de flecos. Chiripa corto, de color azul intenso con  guardas. Camisa blanca, sin cuello. Poncho largo, calado, de color con una  lista ancha y dos estrechas (en cada borde) de colores contrastantes. Pañuelo  de seda amplio al cuello. Sombrero, de copa alta, de forma de galera. Cabello  largo; barba pequeña y en punta, o bigote.  
     
  Coreografía: (Danza tipo)  
        Introducción -  8 compases  
  ¡Adentro!  
        1) Esquina de medio giro  -  4 compases  
        2) Giro- 4 compases  
        3) Esquina de medio giro - 4 compases  
        4) Giro - 4 compases  
        5) Esquina de medio giro - 4 compases  
        6) Giro - 4  compases  
        7) Esquina de medio giro - 4 compases  
        8) Giro - 4  compases  
        Aura  
        9) Media vuelta al encuentro - 4 compases  
     
    En la segunda se repite lo mismo.  |